
La labor de la topografía es estudiar el terreno antes de empezar una obra para que un proyecto se construya de forma segura. Con equipos como GPS de alta precisión, drones o escáneres, estos profesionales crean mapas detallados, marcan los límites de un terreno, identifican pendientes o accidentes geográficos y ajustan los planos a la realidad del lugar.
También vigilan durante la obra para detectar posibles movimientos o deformaciones en el terreno y evitar riesgos en la estabilidad de edificios, puentes o carreteras.
El trabajo de topografía y estudios del terreno incluye:
Levantamientos topográficos y georreferenciados
Estudios de suelos y su resistencia
Monitorización de deformaciones y asentamientos
Control geométrico en la construcción
Uso de drones, escáneres y estaciones totales para medir
La topografía y los estudios del terreno tienen aplicaciones en muchos otros ámbitos:
Ayudan a descubrir y mapear yacimientos históricos sin dañarlos.
Permiten diseñar sistemas de riego y medir suelos para mejorar cosechas.
Sirven para trazar rutas de montaña, pistas de esquí o circuitos de bicicleta.
Hacen posible diseñar carreteras, vías de tren o aeropuertos con precisión.
La topografía digital se usa para recrear paisajes reales en entornos virtuales.
Los profesionales de este ámbito pueden trabajar en: